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Complejo Madonna-Whore: Cuando la mente del hombre crea dos tipos de mujeres

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Complejo Madonna-Whore: Cuando la mente del hombre crea dos tipos de mujeres

El misógino término que nos clasifica entre santas y putas. ¿Trastorno psicológico o una jugada más de la sociedad patriarcal?

Por: Vannia Zárate | @vannia_z_

Constantemente he tenido que escuchar los “tú estás sola por decisión propia, porque tienes muchos pretendientes” y, no voy a mentir, algo de cierto tiene esa afirmación. Pero a su vez pensaba, ¿sabrán que aquellos hombres que se interesan en mí solo son de los que reaccionan con el típico fueguito a las historias donde suelo mostrar un poco más de piel? Sí, los mismos que cuando se trata de salir a comer no tienen mucho tiempo, pero si hablamos de un motel ya están afuera de mi casa.

En estas conversaciones conmigo misma fue que comencé a cuestionar mis acciones, ¿será que por mi forma de ser el único atractivo que poseo radica en mi sensualidad? Sin embargo, tras poner en duda mi persona (acto no recomendable) me pregunté, ¿qué derecho tienen los hombres por sobre nosotras que les permite ir por la vida categorizándonos en dos tipos de mujeres? Una digna de amor, pero no de deseo y la otra admirada sexualmente, mas no merecedora de cariño y respeto. Ante dicha inquietud, solo me quedan dos respuestas: machismo y patriarcado.

De eso trata el Madonna Whore Complex o Complejo de Madonna, nombre que, por cierto, incrementa la misoginia que desborda este comportamiento y que, extrañamente, fue acuñado por el hombre -constantemente acusado de dichos machistas- considerado padre del psicoanálisis, Sigmund Freud. Dicho término señala que los hombres que adoptan esta conducta son incapaces de ver a una mujer como buena y sensual a la vez, es decir, según ellos eres decente o promiscua, te pueden querer o desear, pero ambas ideas nunca se entrelazan en una misma mujer.

¿Trastorno psicológico o construcción social?

“No es un componente psicológico biológico, sino que es más bien una construcción social, porque, si bien la mujer se hace y no se nace, por su parte, el hombre también se hace a través de ideas. Estas últimas generalmente basadas en un hombre violento, reprimido, que no expresa sus sentimientos, o sea, el hombre que a la sociedad patriarcal le conviene que sea”, comenta a #EsHoy la psicóloga Lirayen Parra.

Asimismo, podría comprenderse este complejo bajo el punto de vista de la escritora y activista feminista argentina, Rita Segato, quien instala al patriarcado como “un orden político primordial que se basa en el control, el disciplinamiento y la opresión de las mujeres mediante narrativas muy diversas y dispersas en el planeta”. De esta forma, el Complejo de Madonna sería uno de los tantos discursos replicados y transmitidos para sostener y conservar este, en palabras de Segato, orden político llamado patriarcado.

¿Cómo nos afecta a las mujeres este complejo?

Erika López, psicóloga feminista y coordinadora de la Rebelión del Cuerpo de la Región de Coquimbo sostiene que “los estereotipos de género relacionados a cómo deber ser, comportarse una mujer, cómo debe vivir su sexualidad y relaciones, son interiorizados por las mujeres y las personas, generando creencias en torno a estos estereotipos, lo cual determina comportamientos y formas de relacionarse”.

En otras palabras, terminamos creyendo lo que establece este complejo hasta el punto de considerar que, si gozamos libremente de nuestra sexualidad, el limitado respeto que recibiremos será fruto de nuestras acciones. Aquí radica la importancia de que las instituciones consideren fundamental el enfoque de género en todos los aspectos sociales y políticos posibles, contribuyendo a los procesos personales de deconstrucción que todas y todos deberíamos realizar para evitar la reproducción de los diferentes estereotipos de género.  

El Complejo de Madonna no es más que una narrativa que se ha instaurado y replicado bajo la sociedad patriarcal en la que estamos inmersas. ¿Debe asustarnos su repetición? No, lo que debe preocuparnos es nuestra autopercepción frente a estas categorizaciones, porque cuando estoy a punto de creer en esta conducta machista me pregunto, ¿por qué seguir depositando el cuestionamiento de mi valor en manos de quienes se encargan de quitármelo?

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