La llegada del covid-19 al país ha traído consecuencias negativas para muchos chilenos, tanto en lo laboral como también en sus emprendimientos, los cuales se han visto perjudicados hasta el punto de no poder seguir funcionando. Uno de ellos y que ha tenido protagonismo esta última semana ha sido la industria motelera, la cual hace unos días recibió la autorización de la autoridad sanitaria para funcionar.

Es necesario precisar el concepto de moteles, pues es errónea la connotación que frecuentemente se le entrega. Según la definición legal en el decreto 194, por parte del Ministerio de Salud, los moteles son “habitaciones independientes con cocinas”, por lo tanto, son las cabañas quienes funcionan con la patente de moteles. A lo anterior se refirió la propietaria del Hotel Fantasía de La Serena y también vocera del gremio, Jocelyn Lizana, quien hizo énfasis en este punto. “Solo es un término coloquial que nos ponen por error, por costumbre, pero somos hoteles. Tenemos giro en impuestos internos de actividades de hoteles, tenemos resolución sanitaria de hoteles y tenemos patente de hoteles”, sostuvo la ingeniera en conversación con #EsHoy.

Por otro lado, Lizana se refirió al impacto de la pandemia en este rubro, asegurando que “nos ha perjudicado muchísimo, las ventas han bajado en un un 70 % promedio a nivel país. Además, puso el foco en la segregación que han tenido que lidiar por los prejuicios que se tienen sobre ellos: “muchos de nuestros hoteleros han cerrado por miedo a esta discriminación arbitraria que se está dando, ya que teniendo los mismos permisos de hotelería que tiene el hotelería tradicional, no nos dejaban funcionar o nos hacían fiscalizaciones hostigosas que iban por sobre incluso la normativa legal”.

A pesar de las dificultades, la semana pasada la Seremi de Salud de la Región Metropolitana, Paula Labra, dio a conocer que los hoteles para adultos si tienen el permiso para funcionar. No obstante, han sido muchos los expertos en salud quienes cuestionaron la medida, porque al asistir a un lugar como este es peligroso y punto con alto foco de contagio. 

A lo anterior, se refirió Lizana diciendo que: “dos personas que se conocen y vienen de distintos domicilios o vienen de un mismo domicilio porque son parejas, su contacto estrecho no ocurre en el hotel, su contacto estrecho se produce cuando salen a comprar y se dan un beso o cuando se juntan a caminar un rato”. Asimismo, la empresaria indicó que “las personas que están asistiendo a los hoteles son personas que se conocen y van a un establecimiento como el nuestro después de haber tenido contacto estrecho, nosotros no somos el foco de infección”.

Lizana insiste en que han tomado todas las medidas sanitarias recomendadas por las autoridades. “No hay contacto con los trabajadores del hotel porque nosotros tenemos un cajón de servicio y no hay contacto con otros pasajeros (…) Distinto, por ejemplo, es en el hotel Sheraton, donde en sus redes sociales puedes ver que tienen sus piscinas abiertas, sus restaurantes abiertos y nosotros no. Por eso, somos más seguros que la hotelería tradicional”.

De acuerdo a lo señalado por la autoridad, los moteles sí pueden funcionar, tal como funcionan los hoteles porque se rigen bajo la misma patente. Pero, esto bajo el entendido que un hotel el servicio que entrega es recibir personas para pernoctar y estas personas en Fase 1, que es el caso de la región Metropolitana en su totalidad, deben contar con el permiso de desplazamiento adecuado.

En este contexto, Lizana comentó que “todas las actividades legales siempre van a ser más seguras que las ilegales. Cuando tú impides actividades que son fiscalizables, que tienen dueño a quien preguntar, qué podemos habilitar protocolos de hotelería como cualquier hotel o alojamiento, tu estas previniendo el contagio”.