Por: Manuel Carvajal Castillo y Francisco Valdivia Castillo

En las últimas décadas la tecnología ha permitido la evolución de las comunicaciones, específicamente, con el uso de las  redes sociales, pues han transformado la forma en que los seres humanos se relacionan e interactúan entre sí. Estas plataformas son espacios donde se realiza una exposición de la vida personal, por lo que muchas veces se convierten en una herramienta para ejercer violencia.

Lo anterior, se manifiesta a través del ciberbullying, uno de los temas que más genera preocupación en la sociedad, en especial por los perjuicios psicológicos, tanto en niños como en adolescentes, quienes son más vulnerables a las agresiones injustificadas dentro de su propio entorno social o escolar por medio de internet, aunque igualmente los adultos jóvenes o mayores, no están exentos de padecerlo.

El ciberbullying aparece como una de las problemáticas más complejas de afrontar desde la convivencia escolar, precisamente porque nos obliga a enfrentar problemas virtuales con protocolos y medidas pensadas en el mundo real.

En este contexto, resulta indispensable para los establecimientos educacionales contar con un equipo de trabajo que sepa enfrentar esta situación, ya que lo más difícil es aprender a determinar si se trata de ciberbullying o se refiere a otro tipo de situaciones, que es clave para abordar adecuadamente los casos que sucedan y evitar el sufrimiento de los estudiantes que son víctimas de violencia virtual.

Por su parte en algunos casos particulares se añade el Grooming, sexting, calumnias, injurias, difusión de imágenes privadas sin consentimiento, producción y difusión de pornografía infantil, entre otras faltas y delitos, que son parte de  las problemáticas actuales derivadas del contacto con terceras personas en el mundo virtual. Sin embargo, no todas necesariamente se clasifican como ciberbullying.

Las cifras que preocupan a los colegios chilenos

Los casos de ciberacoso escolar siguen en aumento, según las estadísticas de la Superintendencia de Educación, pues, si en 2016 hubo 184 denuncias, al cierre del año pasado sumaron 403. No obstante, en la mayoría de los recintos educacionales aún no se implementan protocolos para que éste disminuya.

Un estudio de la Universidad de los Andes dio a conocer que existe un retraso en la forma de abordar el tema, solo el 9,8% de los colegios prohíbe, de manera explícita, el bullying por redes sociales.

En cuanto a la normativa, en la ley 20.536 de Violencia Escolar, define acoso escolar como “toda acción u omisión constitutiva de agresión u hostigamiento reiterado, realizada fuera o dentro del establecimiento educacional por estudiantes que, en forma individual o colectiva, atenten en contra de otro estudiante”. Además, se explica que rige en los casos que “valiéndose para ello (ciberbullying) de una situación de superioridad o de indefensión del estudiante afectado, que provoque en este último, maltrato, humillación o fundado temor de verse expuesto a un mal de carácter grave, ya sea por medios tecnológicos o cualquier otro medio, tomando en cuenta su edad y condición.”

El camino hacia un protocolo escolar

Ante las situaciones de ciberacoso, la comunidad educativa que viva o tome conocimiento del problema debe seguir los siguientes pasos:

Fase 1: Detección

• Informar al profesor jefe, quien dará cuenta al Encargado de Convivencia Escolar, vía documento escrito, con las evidencias que se tiene de ello.

• El Encargado de Convivencia Escolar informará al Rector, apoderados involucrados y comenzará una investigación interna (10 días hábiles, como plazo máximo)

Fase 2: Denuncia

• El Encargado de Convivencia Escolar procederá a guiar la investigación e informará al Rector y los Apoderados el proceso de investigación, pasados los dentro de los 10 días hábiles.

• Una vez concluida la investigación, se confirma el hecho, se procederá a realizar la denuncia a Carabineros, Policía de Investigaciones, Superintendencia y Secretaría Ministerial, entregando copia del informe de investigación.

• Para los casos en que el Denunciado tenga más de 14 años, corresponderá acudir a las instancias respectivas, por constituir delito (Ley 20.084)

Fase 3 Sanciones y Seguimiento:

• El Encargado de Convivencia Escolar, tiene el deber de informar a los Profesores del Ciclo de la denuncia y del Plan de Intervención a seguir, el cual debe contemplar acciones para todos los involucrados, plazos y medidas remediales.

• Para los alumnos que fueren considerados “culpables” se les aplicará las sanciones que contempla el Reglamento de Convivencia Escolar.

Qué hacer cuando un hijo es víctima de ciberbullying

Las principales recomendaciones que entregan los expertos es estar atento a señales, como por ejemplo, desmotivación por ir al colegio, una repentina baja en el rendimiento escolar o el deterioro de las relaciones sociales del menor agredido, se debe tener especial atención si se muestran irritables, tristes o ansiosos frente al computador o mientras usan redes sociales

Una vez detectado el problema, la mejor manera de abordar la situación es mediante la comunicación y la entrega de confianza de los adultos hacia los menores. Posteriormente, se sugiere evitar que el menor se sienta culpable por la situación, como padres deben mostrar plena  disposición para ayudarle a resolver el problema por medio de preguntas abiertas para tratar de averiguar lo que ha sucedido y quién es el presunto acosador.

        Se puede acudir también a los amigos del menor para que ellos aporten su parte de la historia. Por otra parte, en el caso de que detectemos que nuestro hijo es el acosador, hay que mostrarle que no se puede tolerar un tipo de actuación de estas características y, en ningún caso, ocultar, ya que es completamente perjudicial para él por el desarrollo de una actitud hostil hacia el resto de la gente que le puede perjudicar en el futuro, se debe expresar que el abuso no puede ser una herramienta en sus relaciones personales.

En este sentido, la fundación Whilolab ha realizado charlas de concientización en materia de ciberbullying, llegando a más de 3.500 alumnos y docentes de todo Chile durante el 2018-2019.