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Jesús Todemun, el escritor serenense que rompe esquemas y traspasa fronteras

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Jesús Todemun, el escritor serenense que rompe esquemas y traspasa fronteras

Javier Cuevas, su verdadero nombre, comenzó a escribir en 2013, y en 2018 lanzó su primer libro Maliseche – El Despertar, bajo el seudónimo Jesús Todemun.

Por Alan Gajardo

El escritor serenense, Jesús Todemun, constantemente se atreve a romper esquemas para cumplir sus metas. Y es que Javier Cuevas Castillo, es un destacado exponente dentro del género de la ciencia ficción, pues llegó a ser el primero en publicar novelas oficiales dentro del subgénero Raypunk en Latinoamérica, con la saga Maliseche. Este hito volvería a repetirse con Valpunk 2127, pero en la línea del Cyberpunk.

Durante la presente 36° Feria del Libro en La Serena, el también guionista de 31 años conversó con #EsHoy sobre el estreno de Crónicas Mang-Destierro y otros pasajes de su carrera.

“Crónicas Mang es una historia de venganza a través del tiempo, donde acompañaremos a nuestras protagonistas en un oscuro viaje para alcanzar la redención, mientras buscan su propia identidad en un camino cubierto por la desesperanza y el dolor”, relata el autor. 

¿Cómo ha sido su experiencia con el estreno de Crónicas Mang?

“Es un experimento interesante, porque esta feria ha sido propia del verano desde siempre, es una feria de turistas, entonces uno se acostumbra a tener un público no serenense. Sin embargo, hoy tenemos una feria en una época no estival, con el público propio de la ciudad recorriendo cada stand. Si esto funciona o no, dependerá de los balances finales, pero me agrada ver rostros nuevos”.

¿Por qué decide realizar el lanzamiento del libro en La Serena, considerando que tuvo ofrecimientos de otras ciudades?

“Es cierto que el lanzamiento pudimos hacerlo en otro lado, porque tuvimos ofrecimientos de varias regiones, pero la gracia de Crónicas Mang es que tiene un peso tanto emocional como académico. Yo soy oriundo de La Serena y la ilustradora también junto con la presentadora, una catedrática y magíster, la profesora Verónica Castillo”.

¿Cómo fue trabajar dentro del subgénero grimdark en este último cuento?

“No trabajé en Las Crónicas Mang pensando en el género, éstas se escribieron posteriormente al primer tomo de Maliseche, como por allá en el 2014 o 2015, o sea, estamos hablando de un cuento que estaba dentro de este mismo universo, sirviéndome de ayuda para entender aún mejor este mundo. Mucho de lo que salió de Las Crónicas Mang se utilizó en la saga Maliseche para que esta tuviera más consistencia, al final todo esto es parte del proceso de escribir, desarrollar y editar”.

Pero, ¿cómo se fue desarrollando la obra con todos estos elementos que menciona?

“A pesar de tener un toque de fantasía, sigue siendo una obra de ciencia ficción, y nuevamente nos dimos cuenta que pertenece a un género que no se trabaja mucho y por lo que he visto, no he encontrado grimdark sólido en el país. Aun así, no es con intención, porque en Chile no hay una apertura como tal a este tipo de ciencia ficción un poco distinta. De hecho, vi mucha ciencia ficción cuando se lanzó raypunk, donde se crearon nuevas editoriales de personas que iban conmigo en el mismo camino y empezaban a publicar obras en la línea del cyberpunk. Me hizo muy feliz este auge del subgénero, porque era algo que antes no existía”.

¿Y tuvo algún inconveniente durante la redacción del texto?

“Hubo un momento donde pensé que había perdido el cuento porque el computador donde lo tenía había muerto, por suerte estaba guardado en un archivo, horrible eso sí, por lo que tuve que trabajar muchísimo en la restauración, donde se perdieron muchas otras historias y solo quedaban dos, donde una de ellas era casi una novela debido a su extensión, que vendría siendo Las Crónicas de Mang 2”.

El Raypunk es un subgénero de la ciencia ficción, caracterizado por alejarse de la tecnología conocida en la Tierra y apropiándose de la psicodelia tecnológica. De esta manera se hace uso de las ciencias no estandarizadas junto al surrealismo, acoplando la violencia y el misticismo dentro de un esquema artístico.  El Cyberpunk, por su parte, es una mezcla de dos conceptos que resultan contradictorios en primera instancia, pues la cibernética se refiere a una ciencia donde destaca la lógica y el orden, mientras que el punk pertenece al movimiento musical y cultural de los años 70 y 80, tomando la anarquía para mostrar sociedades futuristas en decadencia debido a la implicación de ambas conceptos ya mencionados.

Viaje al pasado

Jesús Todemun se consagró por crear la primera saga de novelas oficiales dentro del subgénero Raypunk en Latinoamérica, narrando la historia de Maliseche Pagtukod, un ex militar que utiliza los vicios para silenciar sus pesadillas en un universo dominado por diferentes empresas y políticos corruptos. Posteriormente, Todemun publicó Valpunk 2127, una obra autoconclusiva ambientada en un Chile futurista distópico, volviendo a tocar otro subgénero poco explorado en el continente, el Cyberpunk.  

El escritor nos cuenta cómo fue el proceso de publicación de su primer título: “el camino fue largo, de hecho hubo un par de novelas que tal vez retome algún día, porque leí una de ellas y me di cuenta que era un fiasco, pero me ayudaron mucho para estar seguro de lo que estaba haciendo”. Finalmente terminó de escribir Maliseche- El Despertar en el año 2015, para lanzarlo al mercado en 2018 durante la Feria Internacional del Libro en Guadalajara México, describiendola como “una obra difícil de publicar, porque nadie identificaba el género y fue un reseñador quien investigando me dijo que el subgénero no existía de México para abajo”.

¿Podríamos decir con seguridad que es el primer exponente del Raypunk aquí, en Latinoamérica?

“Si, de hecho, he escuchado muchas expresiones como el primer exponente o el máximo exponente, y yo me pregunto ¿por qué el máximo? y me dicen, porque es el único. Todo esto surgió sin intenciones pretenciosas, simplemente fue una mera casualidad debido a mi postura contestataria ante la ciencia ficción que se veía mucho en Chile, la cual era más marcianos o space opera refrito, me tenía muy cansado”.

Arquitecto de mundos

Jesús se interesó por la lectura desde pequeño “cuando vivía en casa de mis padres leía mucho Papelucho durantes las noches, ya que tenía problemas para dormir, no era mi lectura favorita, pero es entretenida para la edad que tenía”. Al cumplir 18 años, dejó atrás la ciudad que lo vió nacer “para buscar mejores horizontes”, llegando a vivir un año y medio en Santiago para luego establecerse durante una década en Valparaíso, donde estudiaría durante cuatro años, según explica “ese año tuvimos el paro de 2011, que fue uno largo y complicado”. Es en la ciudad puerto donde Jesús, citando los agradecimientos de su última obra “decidió progresar, crecer, amar, reír, odiar y a veces llorar”.  

Su gusto por la fantasía existía desde la adolescencia, donde señala “me interesaban estos mundos, pero mi problema siempre estuvo en que la fantasía no representaba una solidez de lo que yo quería tener”. Lo que terminó por cansar al escritor fue “tener un mago para resolverlo todo, una suerte de Deus Ex Machina muy paupérrimo”. Es por estos motivos que se adentró en la ciencia ficción, la cual juega con los mismos misterios de un modo más específico, aunque al interesarse por la ciencia ficción dura, terminó cansándose: “si bien es buena en muchos sentidos, tiende a ser más lenta y vuelve la imaginativa del mundo fantástico en algo tosco, igualmente me gustaba, pero seguía sin encontrar lo que quería”. 

¿En qué momento se adentró en el cyberpunk?

“Un amigo de la universidad me mostró todo lo que era el cyberpunk, no lo pesqué mucho la verdad, porque no entendía de lo que me estaba hablando, pero al leer ciencia ficción dura, recordé aquello que me dijo, y tuve ese primer encuentro con el cyberpunk, metiéndome a trabajar más de lleno al medio”.

¿Y cuál fue la obra con la que dijo “sí, me gusta el cyberpunk”?

“No estoy seguro de cuál fue la obra con la que dije “sí, me gusta el cyberpunk”, pero la obra que me dijo “si, me gusta la ciencia ficción” fue Dune. Esa fue la obra con la que dije “esto es lo que quiero”, luego me di cuenta que no me gusta mucho la space opera, pero el día en que decidí leerlo fue el día en que cambió mi vida, definitivamente”.

La Space opera es el subgénero que trata las aventuras espaciales, haciendo uso de los romances caballerescos, guerras espaciales y bebiendo de las aventuras de los vaqueros. Jesús aclara “no es que no me guste, sucede que encontré un camino donde puedo generar una preferencia”.

¿Ha sido complicado trabajar con el subgénero punk?

“Soy una persona que le gusta aprender y estudiar todo el tiempo para poder perfeccionarme en algo, no quise dedicarme al género punk porque era bonito, me gusta porque lo encontré práctico, necesario y era un todo que se puede estudiar. Mi ideal es que de aquí a diez o quince años haya podido trabajar con al menos una obra de cada género punk existente y en algún punto hacer un ensayo para decir con seguridad, estos son los géneros punk, si les gusta o no, está bien, pero ante cualquier duda yo soy ese tipo que escribió cuarenta libros del género”. 

Los subgéneros punk en general se caracterizan por la tecnología y la parafernalia, sin olvidar el estilo artístico propio de la era punk. Podemos decir que los avances tecnológicos tienen la suficiente importancia dentro de la historia para ser considerado dentro del género de la ciencia ficción.

La experiencia de un escritor

¿Cómo ha sido el progreso y la práctica desde que comenzó a escribir?

“He tenido un avance en la forma en que narro las historias, donde vas a encontrar mucho diálogo, una narración veloz y poca descripción. Esto es así porque quiero que imagines lo descrito como yo lo imagino, pero me gusta dejar el resto en tus manos para que sueñes e interpretes lo que quieras, por ejemplo, en Crónicas Mang nunca se menciona como son los habitantes y todas las personas que los dibujaron, lo hicieron de una manera distinta, pero muchos de ellos eran azules. Es interesante como el inconsciente colectivo de muchas personas van jugando y encontrándose en el mismo lugar. Esto es lo que hace tan mágica a la literatura, permitiendo un gran espacio a la imaginación y es la manera en la que seguiré escribiendo, para que las personas puedan soñar con lo que yo soñé”.

Respecto a cómo se siente ser un escritor en Chile, Todemun se sincera, afirmando que “es horrible supongo, Chile en realidad tiene muy poca cultura general de arte, debido a que vivimos una época muy oscura durante demasiados años y hay personas alegan que eso pasó hace mucho tiempo, pero aún así hay mucha gente propia de esa época que vive con miedo y estigmas”.

El autor apunta a la generación de los años 90 como la primera en tener los recursos, estudios y edad adecuada para hacer algo. “Recién ahora estamos viviendo una nueva era de literatura, apertura, cambios políticos se han realizado, muchas nuevas visiones se han encontrado, pero el mundo para los autores en Chile es difícil”. Por esto mismo, no recomienda a nadie introducirse a este mundo como un hobby, ya que significa muchísimo trabajo, sufrimiento y dinero, añadiendo que “en caso de hacerlo tu profesión, dale, sácalo adelante, pero como un pasatiempo no vale la pena”.

A diferencia de Chile, el novelista indica que en México existe un aprecio por el autor “se le ve como alguien que te puede entregar algo, en cambio aquí se le ve casi como un bicho raro”. También, recuerda con agradables sentimientos su ida a España, manifestando que allí “es otro ambiente bastante diferente, porque existe un respeto y me sentí súper acogido al otro lado del charco, como quien dice”. 

 Y viendo a futuro ¿Tiene pensado cuál será su siguiente obra?

“Me gustó mucho trabajar en Valpunk 2127, así que decidí seguir en la línea del género punk, no voy a decir cual todavía, pero estará basada en la ciudad de La Serena colonial, creo que es un gran instante para comenzar a trabajar. No sé si esto se lo debo a La Serena, aunque a veces siento que Serena me debe más de lo que yo le debo a ella, pero es una pequeña semilla que quiero sembrar. Si a la ciudad, su gente o su nueva generación le gusta, estaré feliz y con eso voy a tener suficiente”.

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