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Problema país: Más de la mitad de los estudiantes tienen sobrepeso u obesidad

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Problema país: Más de la mitad de los estudiantes tienen sobrepeso u obesidad

Según el último Mapa Nutricional Junaeb 2020, el 29% presenta sobrepeso, el 18% obesidad y el 8% obesidad severa.

Por medio del estudio Mapa Nutricional 2020 de Junaeb, realizado a 8.840 establecimientos educacionales para obtener la información nutricional de los escolares, se determinó que el 54% de ellos tiene un exceso de peso causado por la malnutrición, esto significó un aumento del 2% respecto al año 2019. Las mayores cifras se encuentran en los niveles de Quinto Básico donde el porcentaje es del 64%, Primero Básico con un 53,7% y Primero Medio con el 47,8%. Además, los resultados en los grupos de Pre Kínder y Kínder son aún más inquietantes, porque 28,5 y 29,5 % respectivamente es de obesidad total. Todo esto significa que casi tres de cada 10 niños son obesos.

En cuanto a las razones de esta situación, el director nacional de Junaeb, Jaime Tohá, lo atribuye a “la menor actividad física y la ansiedad producto del encierro”. Mientras que Daniela Godoy, ejecutiva de Elige Vivir Sano, complementa diciendo que “La pandemia ha impactado a los niños, niñas y adolescentes, quienes han disminuido sus posibilidades de tener espacio para hacer deporte o hacer actividad física.

Recomendaciones de los expertos

Para poder evitar que estas estadísticas sigan aumentando en el futuro, dos profesionales de la salud, hacen sus sugerencias tanto a los niños y adolescentes como a sus padres para afrontar el aumento de sedentarismo y mala alimentación producidos por el encierro en cuarentena.

En primer lugar, la nutricionista, Katherine Carvajal, pone énfasis en la buena alimentación y el disminuir el consumo de alimentos procesados para disminuir el riesgo de un incremento de peso. “Respecto a la recomendación sería, por supuesto, evitar los alimentos ultra procesados y procesados, embutidos, comida denominada chatarra, como completos, sushi, pizza, disminuir el consumo de bebidas y/o jugos azucarados, helados, productos de pastelería, así también aquellos alimentos que cuenten con más de 2 sellos”. Sin embargo, este proceso puede llegar a resultar complejo, ya que muchos de estos productos son parte del consumo diario. Por ello, la especialista sugiere ir dejando esta rutina alimenticia de a poco. “ahora bien, la recomendación no es eliminar del todo estos alimentos, pero sí disminuir su frecuencia y cantidad, no pueden ser alimentos de consumo habitual”.

Toda esta etapa requiere de mucha voluntad y por ello se debe realizar un cambio de mentalidad importante y concientizar que llegar a tener sobrepeso o obesidad puede causar daños a futuro en la salud. Ante esto, la psicóloga Claudia Sáez, se refiere a como un niño o adolecente puede llegar a hacer ese “cambio de chip” a tiempo:

Primero, debemos partir desde la base que la mentalidad si se puede cambiar entendiendo el proceso, y queriendo llevarlo a cabo ya que la voluntad determina mucho la adherencia, o el alcance de resultados, tanto por parte del mismo paciente como de los padres. Se debe presentar la idea lo que es un cambio de hábitos, de modo que al paciente y familia le “atraiga” o llame la atención el camino para poder empezarlo”.

Pero no tan solo el cambio de pensamiento es tarea del joven, sino también del entorno. Por ello, es importante el rol que tengan los más adultos y con qué pensamiento van a afrontar esta nueva etapa. “Así como cambia la mentalidad de los niños/adolescentes también es importante que empiecen los padres a pensar y entender este proceso de cambio de manera diferente, ya que son ellos los que alimentan a sus hijos y de algún modo también debiesen cambiar su forma de vida. En relación a esto, se hace mucho más fácil el proceso para los pacientes si hay apoyo de la familia, es el caso de la imitación de la conducta, por ejemplo, si veo que mis papás también cambian su forma de alimentarse, me es más fácil a mi seguirlo ya que no estoy tan solo/a en esto”.

Lo anterior se vuelve aún más relevante si consideramos que los padres son los encargados, en su mayoría, de la alimentación de sus hijos, al ser ellos quienes preparan las comidas del día y permiten que alimentos van a consumir durante la jornada. “Es de suma importancia el trabajo y compromiso de los padres para que funcione de la mejor manera para sus hijos. Los padres o cuidadores/entorno familiar deben entender y hacer este cambio de pensamiento, quizás antes que los niños o adolescentes ya que son ellos los proveedores de alimentos y constructores de hábitos para los hijos”.

Por último, el llamado a los niños y adolescentes es el de continuar con una vida activa dentro del encierro, porque todo cambio de alimentación va complementado con el deporte. “Trato de sugerir en la medida de lo posible, la actividad física, desde lo más mínimo, es decir, pausas activas, hasta rutinas de ejercicios disponibles en videos en diferentes plataformas, por ejemplo, YouTube o aplicaciones del celular” sentencia la profesional.

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