Esta crisis ha dejado en evidencia la precaria situación histórica de la industria musical local.

El 2020 ha sido un año para el olvido. En medio de las crisis sanitaria, política y social que viven varios países, son muchos los que necesitan un respiro después de permanecer tantos meses en confinamiento. Con la llegada del coronavirus se apagaron las luces, pantallas y los artistas sobre el escenario solo son parte del recuerdo, pues una las industrias que primero detuvo su actividad, y que se ha visto más afectada, es la del entretenimiento, la cual genera empleos a miles de personas de forma directa e indirecta.

Detrás de cada gran espectáculo, existe un numeroso grupo humano que chequea cada detalle antes de la llegada de los fanáticos y de los propios artistas, instalando estructuras, luces y sonido para luego velar que el show sea perfecto.

Hoy, con muchas comunas aún en cuarentena, los conciertos a través de las plataformas digitales son una de las mejores opciones para que los artistas se mantengan en contacto con su público. Sin embargo, los técnicos quedan excluidos, en este tipo de producciones caseras.

Ante esta situación, en #EsHoy conversamos con Felipe López Santana, Carlos Adaros  y Cinthia Olivares, delegados de la Asociación Gremial de Trabajadores de las Artes y Espectáculos (AGTAE) en la Región de Coquimbo. Esta organización reúne a técnicos e ingenieros en Sonido, iluminación, visualistas,  camarógrafos, montajistas, técnicos de backline, productores, operadores de  pantallas y montadores de efectos especiales, entre otros.

En estos meses, han cambiado las tarimas por las oficinas de las autoridades para así visibilizar sus demandas y gestionar algún tipo de ayuda para sus socios. En este contexto, el gremio ha manifestado “la necesidad de regular las contrataciones entre empresas y técnicos, formalizar nuestro rubro, definiendo las condiciones laborales mínimas que se nos deban garantizar. Así como también el ayudarnos a levantar proyectos en los que podamos generar ingresos”, contó Cinthia Olivares, sonidista.

Sobre cómo se organizan, el también sonidista Felipe López, indicó que “se está trabajando en cabildos para unir criterios y peticiones para que sean entregadas a nuestras autoridades, un gremio nacional que cada día va tomando mucho más fuerza”. Además, López contó a nuestro medio que “buscamos definir y consensuar las políticas de reapertura con sus plazos y capacitaciones en postulación de proyectos para ejecutar el año 2021”.

Luces y sombras en la pandemia

La emergencia sanitaria puso al descubierto la precarización de quienes montan los espectáculos, ya que los productores técnicos, operadores de iluminación, sonido y video y encargados de escenario en tiempos de normalidad se enfrentan a extensas jornadas laborales. “Solo contamos con el horario de ingreso a los eventos porque el de colación, almuerzo y comida no están definidos para que sean respetados”, expresó Carlos Adaros.

En este sentido, el iluminador sostiene que “los trabajadores y trabajadoras  del espectáculo dedicamos nuestras vidas enteras a crear cultura. Nuestro amplio gremio está sufriendo las grandes consecuencias de esta pandemia (…) nuestra seguridad, estabilidad y esperanza están destruidas, somos miles de familia las que vivimos de la cultura  y ahora necesitamos que nos ayuden para defender nuestro futuro laboral”.

Respecto a cómo han podido subsistir estos meses, Adaros confesó que “algunos recurrimos a nuestros ahorros, ayuda entre pares, realización de rifas y colectas semanales, peticiones a las autoridades, ayudas gubernamentales y reinventándose mientras vuelva a funcionar nuestro rubro”.

Hasta ahora, luce complicado que el sector del entretenimiento, no considerado actividad esencial, pueda regresar pronto. Incluso, de acuerdo a las autoridades y los dirigentes de AGTAE,  el regreso de los eventos “se hará a media máquina, con aforos restringidos de público, lo que genera más intriga”. No obstante, acotaron que “seguiremos trabajando de manera colaborativa y sin monopolios”.