La falta de motivación, los cambios en los patrones de sueño y la pérdida de la capacidad para experimentar placer en situaciones que antes resultaban gratificantes son algunos de los síntomas que pueden experimentar las personas afectadas por el trastorno afectivo estacional.

Mientras algunas personas encuentran alegría en la llegada de la primavera, disfrutando de sus días más luminosos y cálidos, otros experimentan emociones opuestas, manifestando sentimientos de tristeza, desmotivación y una disminución en su energía.

Los expertos suelen denominar a este fenómeno como trastorno afectivo estacional o depresión estacional, ya que puede desencadenarse por los cambios estacionales y las variaciones en la exposición a la luz solar que experimentamos.

¿Por qué ocurre?

La psicóloga Catalina Sepúlveda explica a #EsHoy que existen múltiples factores, pues este período de florecimiento y nacimiento exuberante puede contrastar con un “despertar” no sincrónico por parte de las personas.

Por ejemplo, la especialista sostiene que el cambio de estación “influye en el ciclo natural de sueño-vigilia debido al cambio en la producción de melatonina (que funciona como inductor natural del sueño), provocando fatiga, irritabilidad y sensación general de malestar”.

Asimismo, la fundadora del sitio web de salud mental Psicología Compartida comenta que es una época del año que en general hay mayores estresores, más fechas significativas. Para mucha gente, las fechas familiares o de reunión, como fiestas patrias, navidad y año nuevo, afectan más emocionalmente. En este sentido, Catalina explica que “la expectativa de participar en estas actividades y socializar puede causar ansiedad y agobio en quienes tienen ansiedad social o en personas más introvertidas y solitarias”.

Incluso Catalina Sepúlveda va más lejos y apunta que las alergias pueden hacer que el sistema inmunológico trabaje el doble, y provocar un estrés físico y emocional, “lo que puede exacerbar los problemas de salud mental existentes” y agrega que “hay estudios recientes que indican que las probabilidades de depresión son significativamente mayores en personas con rinitis alérgica, cuyos síntomas incluyen congestión o secreción nasal, estornudos y goteo posnasal”, puntualiza.

¿A qué cambios o síntomas debemos estar atentos?

La especialista llama a prestar atención a personas que tienen depresiones recurrentes, con antecedentes familiares de episodios similares y a recurrir a un especialista cuando se generen cambios de ánimo sin mayor explicación o que persistan en el tiempo.

En esa línea, la psicóloga aclara que “la depresión puede presentarse de manera diferente en cada persona. A veces, se puede sentir síntomas físicos, como alteraciones del sueño, falta de energía, cambios en el apetito, dolor de cabeza o problemas estomacales”.

También aclara que puede haber cambios psicológicos, “como aumento de la tristeza y el enojo, baja autoestima, problemas para concentrarse, falta de disfrute en cosas que antes se consideraban placenteras y aislamiento social”.

¿Qué podemos hacer si presentamos estos síntomas?

Sepúlveda enfatiza que, si notas un cambio en tu estado de ánimo o salud mental durante la primavera, es esencial comprender que existen tratamientos disponibles para ayudarte a superar esta situación. “Si los síntomas de depresión interfieren con tus actividades diarias, o se presentan durante más de dos semanas, hay que buscar ayuda, no esperar a que desaparezcan. Tampoco deberíamos esperar a tener una crisis emocional para recién ahí pedir ayuda”, menciona.

La especialista apunta a generar mayor educación emocional en la población para disminuir el estigma que tiene sufrir algún tipo de afección mental. “La ayuda puede ser inicialmente de una persona de confianza, no olvidemos el poder sanador que tiene el hablar con alguien y compartir lo que sentimos, aunque en muchos casos será necesario además complementar ese apoyo con atención de un especialista en salud mental”, finaliza.