Por Vanna Lisa Lombardo Estay, Sexóloga

El 8 de agosto se celebra el Día Internacional del Orgasmo Femenino, una fecha para reflexionar en torno al orgasmo de la mujer. Y digo “de la mujer” en un sentido mucho más amplio que “femenino”, que desde mi perspectiva suele asociarse aun en nuestros tiempos, a los estereotipos sexuales relacionados a roles de género.

Más allá de que muchos se pregunten por qué hay que destinar un día especial para el orgasmo de la mujer, permítanme referirme a la importancia de recordarlo y reflexionar en torno a él:

• Haciendo un poco de historia, esta celebración nació el 2006 en una localidad de Brasil, cuando un concejal de ese municipio conoció los resultados de un estudio realizado por la Universidad Federal de Piauí, el que detallaba que 28% de las mujeres de esa región eran anorgásmicas y la autoridad concluyó que estos resultados demostraban una problemática grave de salud pública.

De esta forma, decide instaurarlo a modo de visibilizar la dificultad de ellas para conseguirlo, con toda la problemática personal y por qué no decirlo, también social, que acarrea como un problema de salud pública.

• A lo largo de la historia de la humanidad, durante siglos y en muchas culturas, se ha limitado drásticamente la sexualidad femenina tan solo a la labor procreativa. Por tanto, el placer sexual ha sido invisible y la satisfacción de la mujer se centró exclusivamente en este rol, así como en el complacer a sus parejas.
• Durante años ni siquiera se les ha permitido a las mujeres tener un espacio para preguntar sobre el placer, para conocerse y explorarse libremente, sin temor ni culpas, lo cual ha mermado notablemente su bienestar sexual.

Estamos en un momento especial, en que disponemos de muchos elementos de comunicación e interacción, que bien utilizados, pueden ser un aliado para permitirse salir de este círculo de desencanto, miedo, ansiedad o aversión e incluso a nuestra corporalidad, y así darnos permiso para reconocernos, explorarnos y disfrutar sexualmente.

A tiempo para deshacernos de las imposiciones sociales que nos han desapropiado de algo tan propio como el placer sexual y decidir gozar de él hasta donde queramos y seamos capaces de llegar.

En una sociedad exitista en que vivimos pendientes y exigidos por demostrar que somos capaces, así como de exhibir habilidades sexuales, desde la acrobacia sexual hasta lo artístico y cinematográfico del sexo, el orgasmo se ha ido transformando en el fin del mismo, siendo, cada vez más, exclusivamente indispensable para la satisfacción sexual.

Mi invitación para hoy, mujeres, es a mirarnos hacia adentro y apropiarnos de nuestros cuerpos, orgasmos, placer y satisfacción sexual.

Las invito a abandonar el rol secundario o incluso de espectadora de nuestra sexualidad y tomar el rol único y protagónico que nos corresponde por derecho.

¿Podemos tener orgasmos? Sí, y ojalá como una consecuencia lógica de una gran experiencia erótica y no un fin en sí mismo.

¿Podemos tener dificultades para sentir orgasmos o conseguirlos? Sí, pero es una habilidad que se puede evaluar, entrenar y mejorar.

Lo que no está permitido hoy, es seguir pensando que podemos abandonarnos a la suerte o no de tener orgasmos si es que encontramos a alguien que nos los provea, sentir placer o no y no hacernos responsables de algo tan propio e intransferible como nuestra sexualidad.

Para eso celebramos hoy 8 de agosto el día internacional del orgasmo, no solo para hablar de orgasmos, sino de mujeres, de sexo, de clítoris, de derechos y de oportunidades.

FELIZ DÍA DEL ORGASMO QUERIDAS MUJERES, deseando que puedan celebrarlo cuando y cómo les plazca, solas o acompañadas, en libertad y amor propio.

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